jueves, 4 de febrero de 2010

Días de Perogrullo

1- La crisis económica, de la que hace poco tiempo el presidente del gobierno desconocía su existencia, nos machaca. ¿Por qué mintió el presidente? ¿Se quiere marchar el presidente? ¿En verdad desea el PP elecciones anticipadas? Todo es palabrería vana. Y de necios oír lo que unos y otros argumentan. A ver quién es el guapo que en estas condiciones se atreve a gobernar el país. Si antes, entre todos, fueron incapaces de prever los males que nos acechaban, ¿cómo vamos a creer que la solución de nuestros males esté en los llamados elegidos? Deberíamos respetar a quienes nos representan, esto es cierto, y si no lo hacemos es un mal de mucho peso. Pero deberían ellos no mentir, buscar la unidad, dejarse de puñetazos palabreros que a nada nos lleva.

2- Hace tiempo ya se afirmaba que en España faltaban veinticinco mil ingenieros superiores de informática y telecomunicaciones. Y que un país en el que faltan técnicos de alto grado, destroza el desarrollo o no lo deja avanzar. Nadie puso remedio. Ingenieros informáticos vienen de India. Son buenos, pero no son los nuestros.

3- La mediana y, por supuesto, la gran empresa son las encargadas, entre otros, de producir trabajo. Si la pequeña empresa se va al cuerno, no sólo el propietario, también un grupo de familias entran en el paro. Y los palabreros del poder siguen tejiendo la madeja de sus propios enredos, críticas vacías. Cada mañana, lo mismo. Unos dicen que otros hacen mal las cosas; otros, que unos no saben lo que dicen. Esto, que yo sepa, no es diálogo de oposición ni de gobierno. Son memeces mientras la gente sufre.

4- Los beneficios de un banco puntero ha sido en el año 2009 superior a ocho mil millones de euros, cantidad superior a la del año anterior. ¿Por qué unos engordan y otros adelgazan. ¿Por qué al pueblo le van a dan fútbol los lunes? ¿Para que no se entretenga con sus precariedades?

5- Todo esto que escribo lo sabe Perogrullo? Quién creéis que me lo ha dicho? Estábamos los dos, un día, juntos, de espantajos en la vida. Yo no hablaba. El me dijo:
-Espera un poco, que te suelto cuatro perogrulladas.
Poco después lo llevé a facebook y se extrañó muchísimo de que la gente saltase de rama en rama como los monos. Sin orden ni concierto. Perogrullo soltó una lágrima. Yo le dije:
-Somos muchos y muy divergentes.
-Y Perogrullo me respondió:
-A pesar de todo saltáis de rama en rama como los monos.
Seguí haciendo el espantajo a su lado. ¿Qué otra cosa si no era tiempo de votaciones? Ya sé que me vais a hablar de mi compromiso social. En este sentido, cumplo. Sé que somos una colmena. Pero en este erial hay demasiadas ramas. No lo entiendo y me confundo.