sábado, 10 de abril de 2010

El Poder y el Individuo

Se me rebela el pensamiento cuando tomo en cuenta el concepto de Democracia. Y es así que Remigio, el personaje de mi novela "El viejo y la tierra", alimenta mis desdichas cuando argumenta: "¿Que sé algo del país? No. Están muy ufanos porque resuena la democracia en las voces de los pregoneros de la patria y de los que no lo son. Y digo que si todos andamos en asunto tan señor, a mi sólo me piden el voto, que es un antruejo, pues tengo el color de la media verdad colgándome de la imaginación y no entiendo que seamos iguales. En las últimas elecciones votó hasta Natalio el Vacío, que es muy hueco, pero que muy hueco de cabeza; y su voto valió como el mío, pongamos por caso; o el mío como el de un instruido. Esta democracia es una cosita puesta porque aparentemos de lo que parece ser que es, pero que se queda en apariencia, en el aliño de una palabra que engalanan de manera fina, que hinchan a voces, que nos cuelan por los oídos y los ojos y que emociona, hasta que se la percibe hinchada, sin asiento fijo ni cara frescachona".
"La realidad -dice Agustín García Calvo-es una construcción abstracta, en la que las cosas son reducidas por la fuerza a ideas. De modo que se mata en las cosas lo que pueda haber de impredecible e infinito y resulta posible someterlas a planes, esquemas y manejos. El Poder es quien rige tal tejemaneje sin esmeros ni delicadezas. Por eso la gente, un caso más de cosa, queda organizada en Individuos sometidos a una doble exigencia contradictoria: cada uno tiene que ser individual y sin embargo todos han de ser sumables en una Masa numérica".
Es evidente que el Poder crece a través del Individuo hecho Masa numérica. Crece el Poder, pienso, y un concepto manipulado de Democracia, por lo que parece que Poder y Democracia son dos platos servidos a la misma mesa para que el Pueblo deguste.
Pero el Poder, que se con-forma con el Pueblo, no se conforma con él, sino con el Estado y el Capital. Si el Individuo tiene poco peso y la Masa numérica es el rebaño del Poder, ¿cómo se aviva la pobre, menuda, hambrienta y falsa Democracia? ¿Con el Parlamento? Nace del mismo juego del Poder. En el Parlamento los grupos políticos, los intereses de los partidos, las ideologías, toman decisiones no siempre acordes con la Realidad deseada por el Pueblo. Y el individuo, en su casa, pegado al sillón, ojea y hojea los periódicos, ve la televisión, oye la radio. Y con su configuración reaccionaria, por haber sido creado así, piensa. Guarda en su cascarón -¿donde si no?- sus ideas. Pero carece de fuerza para oponerse. Sólo cuatro tertulianos comentan, discuten, saltan de mata en mata como cervatillos que se divierten y, tantas veces sin preparación, pontifican.
Me duele que el Poder se alimente de la falsa Democracia y que la Masa numérica que decía Agustín Garcia Calvo retroceda al Individuo indefenso y que el Pueblo sea manejado. Qué tremendo desengaño: el Poder transforma todo en planes, esquemas y manejos.

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